Cuco Valoy

Con una carrera larga abarcando más de 50 años, Cuco Valoy ha tenido éxito cantando son, salsa, merengue, bachata y bolero, además de tocar y cantar estilos afro-dominicanos como palo. Valoy no sólo ha tocado casi cada estilo de música dominicana, sino también ha participado en la música como cantante, percusionista, productor, y aún disc jockey. Aunque Valoy es conocido principalmente como cantante, grabó las partes de la guitarra segunda y el bongó para Los Ahijados, un dúo de son que formó con su hermano Martin, y a menudo tocaba el piano o el bajo en sus grabaciones posteriores de merengue. Muchos de los primeros merengues de guitarra que grabaron bachateros como Edilio Paredes y Ramón Cordero incluyeron Valoy en la tambora. Como productor, trabajó con músicos importantes como Bernardo Ortiz y Antonio Gómez Salcedo. Fue acreditado por el fundador de Radio Guarachita Radhames Aracena, por ser el primer disc jockey en la República Dominicana a tocar la bachata en el aire.

Valoy nació en 1937 en Mano Guayabo, cerca del capital Santo Domingo. De Santiago al capital, la República Dominicana tiene una cultura viva de soneros, y Valoy se crió en el medio de esta zona musical. El padre de Cuco quiso que sus hijos fueran músicos profesionales, así que, aunque solo fue un carpintero pobre, aseguró que Cuco pudiera estudiar música en el Conservatorio Nacional de Música de la República.

La carrera profesional de Cuco empezó en los finales de los años 1950 con Los Ahijados, el grupo de son tradicional que formó con su hermano Martin, llamado así como respuesta al dúo cubano famoso, Los Compadres. Los Ahijados eran sin duda los soneros dominicanos más exitosos de todo el tiempo, disfrutando de éxito tras éxito, hasta que Valoy cambió su estilo a salsa y merengue orquestal en los años 1970.

Con la llegada de Fidel Castro en 1959, la música cubana dejó de ser una influencia grande. Por el otro lado, en 1961 se levantaron tres décadas de restricciones impuestas en la música dominicana con la caída del dictador Rafael Trujillo. Para los amantes del son dominicano, Los Ahijados llenaron el vacío creado por la silencia de Cuba. Valoy era consciente de esto y en muchas de sus canciones hizo referencias a los gran soneros cubanos del pasado, como Miguel Matamoros y Antonio Machín. Algunas de las canciones más memorables del dúo, como “Vaiven” y “El paso de la jaiba” se han convertido en estándares del repertorio internacional de son.

El éxito de los Ahijados dejó Valoy con los recursos para invertir en su propio sello discográfico y estación de radio. Siguiendo la muerte de Trujillo, oleadas de migrantes vinieron del campo a la ciudad, trayendo con ellos un amor profundo para la música de guitarra; el resultado fue la variación dominicana del bolero que hoy llamamos bachata. En pleno de esta migración, Valoy empezó trabajando como productor, y sus músicos cantaron algunas de las primeras bachatas más queridas como “Dos rosas” por Bernardo Ortiz y “El interno” por Antonio Gómez Salcedo. Aparte de estos cantantes, el sello de Valoy era el primero a emplear el músico legendario Edilio Paredes, quien es un “músico de importancia extraordinaria” según Valoy.

Con el éxito de ventas de “Dos rosas,” Valoy empezó a comprender el potencial comercial de la bachata. En aquel entonces, Radio Guarachita (que pronto sería el locutor del radio principal de la bachata) todavía tocaba boleros. Valoy abrió paso para Guarachita, tocando bachata bajo el nombre “El Suki Suki Sabrosón” en el aire. También empezó grabando la bachata bajo otro seudónimo, El Pupi de Quisqueya. Los boleros grabados por El Pupi durante los años 1960 son algunas de las canciones más exquisitas de la tradición de la bachata, y muchas son clásicas. La mejor conocida de éstas, “El Bardo,” es un cabaret-bachata que trata de un bohemio que ha perdido su fe en Dios y el amor, y describe su vida como un rompecabezas sin solución. De hecho, la mayoría de la música de “El Pupi” era en el estilo cabaret e incluía una criolla “Mariposa nocturna,” que habla de un hombre desesperadamente enamorado con una prostituta.

Además de su trabajo fundamental en el radio, Valoy ayudó a establecer las carreras de algunos de los músicos más importantes de la bachata. Directamente o indirectamente, fue gracias a Valoy que el mundo conoce músicos como Ramón Cordero, Bernardo Ortiz, Augusto Santos, Edilio Paredes, Víctor Estévez y Melida Rodríguez.

Así como su sentido del gusto popular le llevó a producir y grabar bachata durante su formación en los 1960, también le llevó a dejar la bachata para música orquestal en los principios de los 1970. Mientras que la bachata fue vilipendiada por los élites del país y vista por la populación general como música de mala fama, Valoy cambió de tocar son de guitarra y la bachata de Los Ahijados, a tocar merengue orquestal y salsa. En 1975, Valoy rompió decididamente con Los Ahijados y formó una orquesta, Los Virtuosos, con su hijo Ramon Orlando Valoy en el piano. El LP “No me empuje” es unos de los álbumes mejores conocidos del grupo, y contiene mucho del mismo tipo de comentario político que comparte mucha de la música de Valoy. Desde el tiempo de la Rebelión Constitucional en 1968 contra el gobierno dominicano y las tropas de EEUU, Valoy había defendido los derechos de los sectores marginalizados de la sociedad, y continuó a tomar esta posición en los merengues que grabó en los años 1970. Su enemistad con el presidente Joaquin Balaguer, quien había sido la mano derecha de Trujillo, causó un exilio voluntario para Valoy, primero a Cuba y luego a EEUU en 1990. Se negó a pisar en tierra dominicana hasta la muerte de Balaguer en 2002. Los Virtuosos, que vinieron a ser llamados La Tribu, produjeron muchos merengues y salsas que hoy en día se consideran clásicos. La mejor conocida de éstas es “Juliana” (1978), una salsa cuya música tiene el sentido fuerte de un son, y cuyas letras podrían ser las de una bachata. En ella, Valoy desprecia una mujer que amó y mantenía, pero que le dejo para Nueva York después de obtener una visa, y le olvidó.

La importancia de Valoy como salsero y merenguero duró hasta los años 1990. Recientemente ha regresado a la música que él describe como su amor verdadero, el son tradicional. Algunas de sus grabaciones más recientes han sido colaboraciones con su hermano Martin, de los Ahijados. Irónicamente, el legado más considerable de Valoy podría ser su contribución, como productor, cantante y personalidad de radio, a la solidificación de la bachata como género. Lo que es sin duda es que sin las cuatro décadas de contribuciones de Valoy, la música de la República Dominicana, salsa, bachata, merengue, y son, tendría una cara diferente.

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